No es Hidrógeno verde todo lo que reluce
Muchas compañías españolas y extranjeras han apostado a favor del hidrógeno verde, participando en multitud de iniciativas para desarrollar el hidrógeno al amparo del Perte ERHA, una iniciativa impulsada por el gobierno español para desarrollar y potenciar la producción de hidrógeno verde en el país.
El objetivo principal de este proyecto es fomentar la innovación y el desarrollo en tecnologías de hidrógeno renovable, lo que a su vez contribuirá a la transición energética y a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Aquí es donde los modelos de analítica avanzada pueden desempeñar un papel crucial en la optimización de los procesos de producción, distribución y almacenamiento del hidrógeno verde, permitiendo una mayor eficiencia y, en última instancia, una mayor adopción de esta fuente de energía sostenible.
Eso sí, será fundamental priorizar las aplicaciones para las que el hidrógeno verde será apropiado y rentable, así como aquellas para las que no lo será. Uno de los principales desafíos para la adopción del hidrógeno verde será generar demanda suficiente. Esto implica asegurar que los consumidores finales estén dispuestos a utilizar y consumir hidrógeno verde en sus actividades diarias.
Bajo el liderazgo de Sedigas, un grupo de 20 empresas se ha aliado para llevar a cabo el ambicioso proyecto de construir infraestructuras de almacenamiento y distribución de hidrógeno verde. Entre estas compañías se encuentran gigantes del sector energético como Repsol, Iberdrola, Naturgy, Enagás, Eni, Redexis y BP, todos unidos en su compromiso por impulsar una energía más sostenible y limpia.
Es importante remarcar que, aunque en España se proyecta un aumento significativo en las inversiones en hidrógeno para 2050, llegando a un crecimiento del 96%, no todos los usos del hidrógeno serán viables y sostenibles en términos medioambientales.
El hidrógeno producido mediante la tecnología de captura, almacenamiento y uso de carbono (CCUS) no es sostenible desde el punto de vista medioambiental. Aunque la extracción de carbono se realice, el proceso sigue sin ser ecológicamente viable. A pesar de que la extracción de carbono pueda reducir las emisiones de CO2, sigue siendo un proceso que depende de los combustibles fósiles, lo que genera preocupaciones medioambientales y de sostenibilidad a largo plazo.
Hay diferentes tipos de hidrógeno según cómo se producen:
· Verde: hecho con electricidad de fuentes renovables, sin emitir CO2.
· Amarillo: tipo de hidrógeno verde, hecho con energía solar.
· Gris: a partir de gas natural sin capturar CO2, causa emisiones.
· Azul: similar al gris, pero captura el CO2, siendo menos contaminante.
· Negro: hecho con combustibles fósiles, emite contaminantes.
· Marrón: como el gris, pero con carbón marrón en lugar de gas natural.
· Turquesa: entre el azul y el verde, tiene bajas emisiones en el proceso.
· Blanco: encontrado en la naturaleza, se extrae con fracking (método de extracción de gas y petróleo que se encuentra en formaciones de roca profunda).
· Rosa: producido usando energía nuclear en el proceso de electrólisis.
Esta variedad refleja los avances tecnológicos y la innovación en el campo de la producción de hidrógeno. Sin embargo, es crucial centrar nuestros esfuerzos en las formas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como el hidrógeno verde y amarillo, que utilizan fuentes de energía renovable y no emiten gases de efecto invernadero.
¿Qué se necesita para impulsar el crecimiento de la demanda? Hay proyectos en curso para vehículos de carga y trenes movidos por hidrógeno, así como en instalaciones industriales. Aun así, es posible que el aspecto más importante resida en el sector industrial, ya que actualmente se satisface una demanda considerable con hidrógeno gris. Será fundamental el nivel de autoabastecimiento que se alcance en industrias como la refinación, la petroquímica o la producción de fertilizantes.
Además, el hidrógeno verde todavía no ha alcanzado un nivel de competitividad en cuanto a precios en comparación con los combustibles fósiles. Aunque la tecnología para producir hidrógeno verde, como la electrólisis del agua utilizando energía renovable, ha avanzado significativamente en los últimos años, los costos de producción aún son relativamente altos. Esto se debe a factores como la necesidad de grandes cantidades de energía eléctrica para la electrólisis, la eficiencia de los equipos utilizados y la inversión en infraestructuras específicas para el almacenamiento y transporte del hidrógeno.
En resumen, el hidrógeno verde representa una oportunidad prometedora para la transición energética y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, es crucial enfocarnos en las aplicaciones adecuadas y rentables para impulsar su adopción y crecimiento. Los modelos de analítica avanzada pueden desempeñar un papel clave en la optimización de la producción, distribución y almacenamiento del hidrógeno verde, mejorando la eficiencia y fomentando una mayor adopción en diversos sectores.
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